
Estoy limpiando
como siempre lo he hecho,
a orillas de la playa y en calma,
agitando mi mano áspera como una roca marina
con el raspador suave de porquerías inservibles.
Limpio porquerías:
escupos de palabras sueltas que hieren
desplomando a quien sea la víctima de su paso,
fotografías que traen recuerdos fugaces,
se agarran de las mentes
como una noche de desvelo y una tarde de llanto rebelde,
latas de bebida
que tanto esperaron los sedientos de paz y justicia,
migajas de pan
que desperdiciaron los poderosos
y no pensaron en un niño que como un esqueleto
yacía en la acera de su muerte,
polvo mojado
por las gotas de angustiosa tormenta
que corrieron en las desabridas mejillas de un desamparado,
también he limpiado puñados de papel
que han dado noticias inesperadas.
Ya estoy cansado de limpiar,
porque lo que limpio se multiplica más, más,
he sabido que el desierto me mira impaciente
y ante mi eterno afán
ha dicho que me quiere ayudar,
lo aceptaría,
pero no es justo que un montón de tierra dorada tan eterna
quiera ser la esclava de por vida
de un trabajo que no tendrá fin
hasta cuando el hombre no piense,
hasta cuando el hombre sienta,
hasta cuando el hombre sea consecuente.
hasta cuando el hombre deje de ser hombre.
2 comentarios:
Es fuerte y duro
me gusto mucho
la dispocicion es inteligente y me agrada.
uta...
igual fuerte...
bueno, por que da en el clavo...
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